La exfoliación es el proceso natural de renovación celular de la piel mediante la eliminación de las células muertas. Cuando estas células no se eliminan los poros se obstruyen, provocando un exceso de grasa. Por esto, debes limpiar profundamente la piel para gozar de una buena salud cutánea.
¿Qué es un exfoliante?
Es un producto que te ayuda rápidamente a limpiar tu piel, pues “arrastra” las células muertas, liberando la piel, permitiendo su respiración y regeneración y mejorando la microcirculación superficial.
¿Por qué debemos usar exfoliantes?
Muchas de nuestras células epidérmicas mueren cada día y se desprenden del cuerpo, pero no lo hacen a un buen ritmo y dificultan el crecimiento de nuevas células, obstruyendo los poros, produciendo liberación de grasa excesiva, e impidiendo la respiración normal de la piel.
¿Qué beneficios trae la exfoliación?
Previene el envejecimiento cutáneo
Activa la circulación y la oxigenación de la epidermis
Estimula el sistema linfático.
Evita la formación de vellos enquistados
Prepara la piel para otros tratamientos de belleza
Realza el bronceado
¿Con qué frecuencia se debe exfoliar la piel?
En el cuerpo puedes hacerlo una vez por semana, pero en el rostro hay una frecuencia mínima según tu tipo de piel:
Sensible: Cada diez días y probando antes en una pequeña zona del rostro poco visible.
Grasa (sin acné): una o dos veces por semana. Si tienes acné no la exfolies.
Seca: Una vez a la semana.
¿Cómo se debe exfoliar la piel?
Evita hacerlo en la mañana, ya que la piel quedará expuesta a gran cantidad de contaminantes.
Masajea el exfoliante en tu cuerpo, en forma circular y sin demasiada fuerza.
En el rostro dedica más tiempo a la zona T y el cuello.
Deja actuar por unos minutos y enjuaga con abundante agua.
Hidrata la piel y déjala descansar por unas horas.
¿Qué errores solemos cometer cuando nos exfoliamos?
Estos son los errores más comunes que muchos cometen cuando exfolian su piel:
Exfoliar más de una vez a la semana, si se tiene la piel seca, o más de dos veces si es grasa, con la piel demasiado sensible, o cuando ya presente enrojecimiento con algún síntoma de ardor o quemadura.
Aplicar un producto inadecuado o intenso, en áreas corporales delicadas como el escote, los senos y el contorno de ojos, donde se debe usar un exfoliante facial.
No lavar bien la parte que se va a exfoliar.
No aplicar el producto con suavidad si es un peeling enzimático.
No dejarlo actuar los minutos recomendados.
No retirarlo con abundante agua y, al terminar, no hidratar la zona tratada.
Otro consejo es que debes evitar exfoliar tu rostro por la mañana, es mejor hacerlo por la noche, cuando se ha acumulado mayor cantidad de elementos contaminantes en el rostro.
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Dedícale unos minutos a la semana a esta rutina y notarás cómo la salud de tu piel y su aspecto mejoran visiblemente. Una piel más hidratada, limpia y luminosa, son algunas de las ventajas que encontrarás al incluir exfoliantes en tu rutina de belleza.